El cuerpo humano sigue un conjunto de ritmos circadianos, ciclos naturales de aproximadamente 24 horas que regulan funciones esenciales como el sueño, la liberación hormonal, la temperatura corporal y el metabolismo.
Estos ritmos están controlados por el núcleo supraquiasmático, una pequeña región del cerebro que actúa como el “reloj maestro” del organismo, sincronizando cada célula con la luz ambiental.
Cuando este reloj se altera, también lo hacen el sueño, el rendimiento cognitivo y el equilibrio emocional.